La comida en el Antropoceno: La Comisión EAT-Lancet acerca de las dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles

Resumen
El informe de la Comisión EAT-Lancet, titulado La comida en el Antropoceno, aborda el apremiante reto global de garantizar la salud humana y la sostenibilidad medioambiental en el marco de la producción y consumición de alimentos. «Antropoceno» es un término usado para referirse a la época actual, caracterizada por la considerable influencia del ser humano en los ecosistemas de la Tierra. Este exhaustivo informe expone la necesidad urgente de una transformación de nuestro modelo de producción y consumición de alimentos para lograr un futuro sostenible.

Introducción
El Antropoceno se distingue por importantes cambios en los sistemas de la Tierra provocados en gran medida por las actividades humanas, incluyendo la agricultura. Los sistemas alimentarios destacan por su papel en el deterioro medioambiental y son una importante amenaza para la salud global. Este informe argumenta que es indispensable adaptar la dieta humana a una producción de alimentos más sostenible para afrontar el doble reto de alimentar a una población en constante crecimiento y salvar el planeta.

Principales hallazgos
1. Las dietas actuales y sus implicaciones en la salud: El informe destaca que las dietas globales actuales, caracterizadas por un alto consumo de alimentos poco saludables, contribuyen a una amplia variedad de problemas de salud. Entre ellos, malnutrición, obesidad y otras enfermedades relacionadas con la alimentación. Este tipo de dietas son la causa principal de la muerte prematura y las discapacidades.
2. El impacto ambiental: El impacto ambiental de los sistemas de producción de alimentos actuales es alarmante. La agricultura es uno de los principales responsables de la pérdida de la biodiversidad, de la deforestación, de las emisiones de efecto invernadero y de la contaminación del agua. Atajar estos problemas es determinante para el bienestar del planeta a largo plazo.
3. Las dietas saludables a escala planetaria: La Comisión EAT-Lancet propone una «dieta de salud planetaria» con un modelo flexitariano que pone el énfasis en alimentos de origen vegetal. Esta dieta está diseñada para cumplir con las necesidades nutricionales al mismo tiempo que se consigue una producción sostenible de alimentos.
4. Las características de una dieta equilibrada: La dieta recomendada consiste en un grupo diverso y equilibrado de alimentos. Es rica en fruta, verdura, cereales integrales, legumbres, frutos secos y contiene una cantidad moderada de alimentos de origen animal (como pescado, pollo o leche). El consumo de carne roja y azúcares se debería reducir considerablemente.
5. La importancia de la producción alimentaria: Los sistemas alimentarios sostenibles son fundamentales para lograr la dieta de salud planetaria. Esto incluye evolucionar hacia la agricultura regenerativa, reducir el desperdicio de comida y solucionar cuestiones como la sobrepesca.
6. La equidad y el acceso a los alimentos: También han de tenerse en cuenta los problemas de equidad y acceso a los alimentos para lograr dietas más sostenibles. El informe hace hincapié en que todo el mundo debería poder obtener comida nutritiva, asequible y apropiada para su cultura.
7. El papel del Gobierno y el sector privado: Los Gobiernos y el sector privado desempeñan papeles fundamentales a la hora de moldear los sistemas alimentarios. Cambios en las políticas, subsidios y otros incentivos pueden impulsar la transición hacia dietas más sostenibles.

Análisis
El informe de la Comisión EAT-Lancet es pionero en su forma de abordar la interseccionalidad de los retos que conllevan la dieta, la salud y el medioambiente. Reconoce que estos retos están conectados inextricablemente y que es insuficiente intentar ocuparse de uno de ellos sin tener en consideración los demás.
1. Un enfoque holístico: La propuesta del informe de implantar una dieta de salud planetaria refleja un enfoque holístico con respecto al bienestar humano y ambiental. Acepta que nuestras dietas tienen profundas repercusiones para nuestra salud y la del planeta.
2. El equilibrio: Conseguir un equilibrio entre proporcionar comida nutritiva para una población global en crecimiento y reducir el impacto medioambiental de la producción de alimentos es un reto complejo. La dieta de salud planetaria ofrece una solución posible proponiendo un marco para una alimentación saludable y sostenible.
3. El papel de la agricultura: El informe reconoce el gran peso que la agricultura tiene para este problema. Es esencial evolucionar hacia una agricultura regenerativa y más sostenible para conseguir la dieta recomendada a la vez que se minimiza el daño medioambiental.
4. Los aspectos culturales y sociales: Es importante entender que la transición hacia una dieta sostenible no depende únicamente de un cambio en los hábitos individuales. Los factores culturales, sociales, económicos y políticos son determinantes para nuestras preferencias alimentarias.
5. La colaboración global: Conseguir los objetivos que propone el informe requiere una colaboración global entre Gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y los individuos. No se trata de un problema que pueda resolver uno de estos grupos de forma aislada.

Conclusión
El informe de la Comisión EAT-Lancet pone sobre la mesa argumentos muy convincentes para replantearnos la forma en la que producimos y consumimos alimentos. Destaca la necesidad urgente de abordar la interseccionalidad de los problemas de salud provocados por la dieta y la sostenibilidad medioambiental. La dieta de salud planetaria marca el rumbo hacia un futuro más sostenible y saludable, pero implementarla requiere el esfuerzo conjunto de todos los niveles de la sociedad.
Al adoptar las recomendaciones propuestas por este informe y trabajar en conjunto para reformar nuestros sistemas alimentarios, tenemos la oportunidad de mejorar la salud del ser humano, proteger el medioambiente y crear un mundo más equitativo y sostenible para las generaciones futuras. Este informe es una llamada a la acción para que las personas, los políticos y las corporaciones den prioridad al bienestar de la gente y el planeta al tomar decisiones con respecto a la alimentación.